La tecnología y la técnica de las raquetas modernas han evolucionado de tal manera que los jugadores sacan ahora con más fuerza que nunca. Los distintos organismos reguladores se han esforzado por ralentizar el juego modificando las pelotas y las superficies de las pistas, pero sigue siendo cierto que, en el tenis masculino en particular, el saque proporciona una ventaja significativa.
Algunos de los principales jugadores, como Alexander Zverev, alcanzan una velocidad media de más de 130 mph con su primer servicio, lo que significa que sus oponentes tienen muy poco tiempo para reaccionar y hacer una devolución contundente. Dado que los partidos de tenis consisten en gran medida en una serie de “juegos de servicio”, en los que un jugador saca para comenzar cada punto hasta que el juego se gana o se pierde, se apreciará que cualquier oportunidad de ganar un juego durante el cual su oponente está sirviendo es muy valiosa, especialmente en el nivel superior. En el tenis masculino, son muchos más los juegos que gana el que saca que el que devuelve.
La situación en el tenis femenino es ligeramente diferente, ya que la mayoría de las jugadoras son más bajas y menos musculosas que los hombres. Esto limita el ritmo al que pueden servir, aunque algunas, como las hermanas Williams, pueden servir con mucha eficacia. No obstante, las jugadoras suelen considerar los juegos de devolución como una gran oportunidad para dominar a su oponente, y en algunos partidos se gana un gran número de ellos. Sin embargo, esto no disminuye la importancia de ganar los juegos en los que su oponente sirve, ya que mantener el dominio en estos puede proporcionar una enorme ventaja psicológica.
Un punto de ruptura en el tenis es una situación en la que, si el que devuelve gana el siguiente punto, ganará el juego. El sistema de puntuación permite tener hasta tres puntos de ruptura seguidos. Estos puntos son psicológicamente importantes, especialmente en el tenis masculino, donde los puntos ganados contra el saque son muy importantes.
Los puntos de ruptura pueden ser más difíciles de ganar que los puntos de juego, donde el servidor tiene la oportunidad de ganar el juego.
El significado de los puntos de ruptura en el tenis
En un juego de servicio estándar, si el que devuelve alcanza una puntuación de ’40’ antes de que lo haga el servidor, entonces ganando el siguiente punto puede ganar el juego. Esto se conoce como una “rotura” de servicio, y por lo tanto el punto que, si lo gana el que devuelve, dará lugar a dicha rotura se conoce como “punto de rotura”.
Punto de ruptura simple vs doble vs triple
Si un jugador que devuelve ha alcanzado una puntuación de 40, el servidor podría estar en 0, 15, 30, 40 o ventaja. Cualquiera de los tres primeros significaría que el devolvedor tiene punto de ruptura, ya que ganando el siguiente punto ganaría el juego y una rotura de saque.
Si el servidor no ha ganado ningún punto hasta el momento, cualquiera de los tres puntos siguientes podría hacer que el devolvedor obtuviera una rotura, por lo que se conoce como punto de rotura “triple”.
Si el servidor está en 15, el devolvedor ha ganado dos oportunidades para romper, lo que se conoce como “doble” punto de quiebre.
Por otro lado, si el servidor ha ganado dos puntos, para llegar a 30, el devolvedor debe ganar el siguiente punto para romper el servicio, o de lo contrario el marcador se convertirá en deuce y tendrá que ganar otra oportunidad.
Esto se conoce, naturalmente, como un punto de ruptura “simple”. Una situación similar se produce si el devolvedor gana el punto de “deuce” y pasa a la “ventaja”.
¿Por qué son importantes los puntos de ruptura en el tenis?
A los tenistas se les enseña que los juegos al servicio ofrecen la mejor oportunidad de aumentar su puntuación en un set, y las estadísticas ciertamente lo confirman. En el circuito de la ATP, los mejores servidores, como Ivo Karlovic y John Isner, ganan más del 90% de sus juegos de servicio por término medio, una cifra que sin duda aumenta en las superficies más rápidas.
Incluso los servidores más modestos suelen ganar más del 70% de sus juegos de servicio. Por lo tanto, está claro que ganar uno de los juegos de servicio de tu oponente ofrece una ventaja psicológica y táctica sustancial. Contra los mejores servidores, un devolvedor no ganará muchos puntos de ruptura, así que cuando consiga uno, ambos jugadores considerarán el punto como crucial.
En el WTA Tour, el dominio del servicio es menor, pero todas las mujeres en el top 20 del ranking ganan más del 51% de sus juegos de servicio, con Ashleigh Barty logrando un impresionante 80%. Por lo tanto, romper el servicio seguirá teniendo un impacto psicológico, aunque menor que en el juego masculino.
Algunas de las jugadoras más grandes intentan adoptar una postura lo más intimidante posible al devolver el servicio para establecer su dominio, y esto es algo que Serena Williams ha practicado a lo largo de los años. A menudo, Serena se sitúa bien dentro de la línea de fondo para indicar su desprecio por la calidad del segundo servicio que está a punto de ser entregado.
Punto de ruptura vs. Punto de juego
Si un servidor llega a los 40 antes que el restador, o gana una “ventaja” tras un deuce, esto se conoce como “punto de juego”. Al ganar el siguiente punto, pueden ganar el juego. Algunos juegos de servicio pueden llegar a ser muy largos, ya que es posible que el marcador oscile entre el deuce y la ventaja para el servidor o el devolvedor durante un tiempo ilimitado.
En estos juegos es inevitable que se sucedan los puntos de ruptura y los puntos de juego, y el tiempo que tardan aumenta la importancia psicológica de ganarlos. Romper el servicio siempre es importante, pero mantener el servicio después de salvar varios puntos de ruptura también puede ofrecer un impulso sustancial.
Los puntos de ruptura son percibidos por los tenistas como algunos de los puntos más críticos de un partido, principalmente debido a su relativa rareza en un juego en el que el saque es a menudo un arma importante. Cuando se gana un punto de ruptura, mantener la calma y ser positivo le dará la mejor oportunidad de ganar una ventaja psicológica vital.